El Frente Bolivariano Revolucionario Peumayén es un tributo a las luchas de nuestros guerreros y ancestros aborígenes latinoamericanos contra la dominación. En la lengua Mapuche significa “lugar soñado". (Ese lugar sagrado desde donde parten los barcos para regresar con sus redes cargadas de sueños. Los habitantes de Peumayén, hombres y mujeres despiertos, otean más allá del horizonte tratando de encontrar la esperanza que alumbra de vida las olas que chocan contra nuestra malherido malecón, la luz de nuestro faro nunca se apaga, para que su eterno parpadeo avise a todos los navegantes de que aquí siempre encontrará refugio, aquí siempre serán bienvenidos. Y ahora, desde este lugar soñado, asumamos el reto de estar vivos y abramos ventanas a la esperanza, certeza de futuro, motor de vida. Facebook: FBR-Peumayén / Email: fbrpeumayen@gmail.com / Twitter: FBR_Peumayen

sábado, 12 de marzo de 2011

APOCALIPSIS EN JAPÓN

Un terremoto de 8,9 grados Richter sacudió Japón y provocó un tsunami que dejó al menos mil muertos y casi 100 mil desaparecidos. Barcos, autos, casas y trenes fueron arrastrados varios kilómetros. Ardió una planta de gas y tres centrales atómicas fueron dañadas. En una hubo fuga radiactiva. Alarma y evacuaciones en 19 países de la costa pacífica.



Sábado, 12 de marzo de 2011

JAPON SUFRIO EL MAYOR TERREMOTO DE SU HISTORIA Y UN TSUNAMI CON OLAS DE DIEZ METROS DE ALTURA

El día en que llegó la peor catástrofe

Hay por lo menos mil muertos y 90.000 desaparecidos. La ola arrasó pueblos, entró en Tokio, inundó campos y se llevó cuatro trenes llenos de pasajeros. Una central atómica está en emergencia por pérdida de frío.






Las costas de la isla de Honshu presentan un panorama de destrucción total por la potencia de la ola.

Una gigantesca e interminable ola de diez metros de altura arrastró barcos tierra adentro, derrumbó casas, arrolló trenes y se llevó de viaje a miles de automóviles como si se trataran de barquitos de papel. La costa del Japón, sobre el Océano Pacífico, sufrió a las 2,45 de ayer (hora de Argentina) un terremoto de 8,9 grados de la escala de Richter, seguido de un tsunami que lo arrasó todo, dejando un saldo estimado en más de mil muertos y cerca de noventa mil desaparecidos. Las imágenes de televisión, tomadas desde helicópteros, mostraron cómo las ciudades afectadas iban quedando en medio del avance, por un lado del mar embravecido y por el otro de toneladas de lodo desprendidas a partir del desborde en forma simultánea de arroyos y ríos.

El maremoto ingresó al principio por la gran isla de Honshu, sobre el Pacífico. Entre 200 y 300 cadáveres fueron hallados en los primeros minutos en la costa de Sendai, donde la población ronda el millón de personas. Los expertos confirmaron que es el terremoto más grave que sufrió el Japón en toda su historia.  A nivel mundial, existe preocupación por la posibilidad de que la situación en la central atómica de Fukushima empeore y desencadene un desastre que sería devastador. Estados Unidos envió un cargamento de líquido refrigerante para esa planta, anunció la secretaria de Estado, Hillary Clinton. El umbral normal en el nivel de radiactividad registrado en la central mencionada se incrementó mil veces, según dijo la BBC. Esta era una de las once centrales activas en el momento del sismo. Las autoridades dispusieron la evacuación de la población en diez kilómetros a la redonda. Es la primera vez que se aplica una medida semejante en Japón por alarma nuclear.

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez, a nombre de su gobierno y del pueblo venezolano, hace llegar sus más sentidas palabras de condolencia al pueblo de Japón, en especial a los familiares y allegados de las víctimas del devastador sismo de magnitud 8.9 que estremeció la zona noreste del país, dejando tras de sí un rastro de destrucción y dolor.

La presidenta Cristina Kirchner y la Cancillería argentina también expresaron sus condolencias y su apoyo a las autoridades japonesas. “Reciba todo el afecto y la solidaridad de mi gobierno y de todo el pueblo argentino”, expresa la carta que la Presidenta hizo llegar al primer ministro japonés, Naoto Kan. El gobierno argentino se comprometió al envío de Cascos Blancos para ayudar a las tareas de socorro a las víctimas del terremoto.

Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) dieron a conocer una declaración en la que expresaron su pesar por el devastador sismo que azotó a Japón y ofrecieron “toda la ayuda” que ese país “pueda requerir” en la emergencia. El anuncio fue hecho por el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, luego de la sesión en la que el organismo sudamericano puso en vigencia su Tratado Constitutivo, con lo cual comenzó a funcionar formalmente.

El sismo de Japón liberó 60 veces más energía que la bomba atómica arrojada en Hiroshima, aseguró un experto argentino. “El terremoto que nace en el fondo del océano por el desplazamiento vertical (subducción) de la corteza por debajo del Continente Americano, midió 8.9 grados en la escala Richter”, afirmó Rodolfo del Valle, jefe de Ciencias de la Tierra del Instituto Nacional Antártico.

“Esto nos da la magnitud del fenómeno que ya causó seguramente cientos o miles de desaparecidos”, sostuvo del Valle. Aclaró que “las secuelas que se esperan en las próximas horas en las costas del Océano Pacífico en América del Sur nunca pueden ser mayores al tsunami de Japón”. Estimó que las olas que se esperan en las costas de Chile y Perú serán en el orden del metro y medio de altura”. Pronosticó que la “enorme masa de agua dejará destrozos y causará numerosos daños –sin duda– en las embarcaciones y puestos ubicados sobre las costas de esos países”.

Recordó que el terremoto de Valdivia, en el sur de Chile en 1960, que tuvo una magnitud de 9.5 grados, provocó un tsunami que impactó en Japón, “con olas de alrededor de entre 2 y 3 metros de alto”. Como consecuencia de lo ocurrido en Japón, 50 países dieron alerta de tsunami, luego de que el Centro de Tsunamis de Los Angeles advirtiera a los habitantes de la costa pacífica, desde Alaska hasta Chile.

En la zona del desastre, el mar franqueó varios diques y avanzó muchos kilómetros sobre la tierra. “Nunca vi nada semejante”, declaró Ken Hoshi, uno de los responsables de Ishinomaki, un puerto de la prefectura de Miyagi. “El agua subió hasta la estación”, ubicada a varios cientos de metros de la orilla. En las granjas de los alrededores, el oleaje cubrió los campos y sólo fue detenido por los terraplenes de una autopista.

Un poco más al norte, en Sendai, la pista del aeropuerto quedó bajo las aguas. En la región de Aomori, la más septentrional de la isla principal de Honshu, al menos cinco barcos naufragaron. Algunos de ellos sólo detuvieron su avance en las calles comerciales de las ciudades de la zona costera. Más cerca de Tokio, en la prefectura de Ibaraki, grandes casas flotaban a través de una aldea, y a poca distancia, algunos automóviles salían a la superficie luego de haber estado sumergidos.

El sismo que desencadenó el maremoto provocó grietas en las rutas, arrastrando las alcantarillas y los tubos conectados a ellas. En los supermercados, las botellas y las latas de conservas cayeron de los anaqueles. Durante los temblores más intensos, millones de personas salieron a las calles para escapar a la caída de paredes y techos. En las ciudades, los empleados se precipitaron a las estaciones de tren para tratar de viajar a sus hogares, pero tuvieron que regresar a sus oficinas o instalarse en un hotel. El transporte público quedó paralizado en todas las zonas afectadas. Una refinería de petróleo de Chiba, en la región de Tokio, fue destruida por las llamas.

Un tren de pasajeros desapareció en la zona costera, informó la agencia de noticias Kyodo, pero no se precisó cuántas personas viajaban en él. El tren, de la compañía JR East, circulaba en las cercanías de la estación de Nobiru, en la línea de Senseki, entre las ciudades de Sendai e Ishinomaki, cuando una ola de diez metros arrasó todo lo que encontró a su paso. Con posterioridad fueron dadas como desaparecidas otras tres formaciones que estaban en la zona costera de las prefecturas de Miyagi e Iwate.

Lo mismo sucedió con un barco en el que iban cien pasajeros y que fue arrastrado por las olas gigantescas. Horas después se hizo saber que la nave había reaparecido sobre la superficie y que los viajeros estaban sanos y salvos. En Tokio, la policía dijo que al menos 384 personas murieron, 707 están desaparecidas y 947 heridas. Son cifras totalmente parciales. La agencia Kiodo habla de no menos de 1000 víctimas fatales.

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, declaró el estado de emergencia, mientras el Ministerio de Defensa envió 300 aviones y 40 barcos a las áreas afectadas. Se movilizaron más 8000 hombres de las fuerzas de autodefensa. El nuevo ministro de Exteriores de Japón, Takeaki Matsumoto, agradeció la ayuda internacional ofrecida por 38 naciones. El presidente norteamericano Barack Obama prometió “apoyo total” y envió hacia el Japón al portaaviones Ronald Reagan.  De todos modos, en Estados Unidos hay preocupación por la llegada de olas de 2,5 metros a la costa oeste, por efecto de lo sucedido en Japón. Ya se registró un muerto en la localidad de Brookings, Oregon, mientras que se denunció la desaparición de una persona en la población de Crescent, en el norte de California.

El Ministerio del Interior japonés reportó cerca de 100 incendios en distintas ciudades y prefecturas del país. La televisión mostró imágenes de la provincia de Iwate, donde se podían ver barrios enteros con sus casas totalmente destruidas por la fuerza del tsunami. Las redes telefónicas colapsaron en Tokio durante varias horas.

Cerca de cuatro millones de viviendas quedaron sin energía eléctrica. Las autoridades cerraron el metro y los aeropuertos de la región. La compañía ferroviaria East Japan Railway hizo saber que el tránsito fue suspendido en gran parte del noreste. Esto incluyó al “Tren Bala”. En Japón, la mayor catástrofe registrada hasta ayer se había producido en 1923, cuando un sismo de 7.9 grados destruyó Tokio y partes de Yokohama y dejó más de 143.000 muertos. El epicentro del sismo de ayer fue ubicado a 373 kilómetros al noreste de Tokio y su foco fue localizado a una profundidad de 24,4 kilómetros. El embajador argentino en Japón, Raúl Dejean Rodríguez, aseguró que “hasta el momento” no recibieron “notificación de argentinos afectados por el terremoto”. Comentó, además, que “todo el personal de la embajada está bien”.  El Servicio Geológico de Estados Unidos registró cerca de cien réplicas del terremoto. La más intensa se produjo 40 minutos después y alcanzó una magnitud de 7.1 grados.

 

Un ranking de temblores

El terremoto de magnitud 8.9 ocurrido ayer en Japón figura entre los más potentes desde principios del siglo XX. Es el quinto, después del sismo de 1952 en la URSS (de magnitud 9). La intensidad de estos sismos fue medida conforme a la escala de Richter. El terremoto más fuerte del que se tenga memoria ocurrió en 1960, en Valdivia, Chile. Midió 9.5 y fue seguido por un tsunami devastador en varios países costeros del Pacífico: dejó 5700 muertos en Chile, 61 en Hawai y 130 en Japón. En 1964, ocurrió el segundo más potente en Alaska, 9.1, con más de cien muertos. En 2004, un sismo de 9.1 frente a la isla de Sumatra provocó un tsunami que dejó 270.000 muertos y desaparecidos. El cuarto en intensidad, nueve puntos, ocurrió en Rusia, en la península de Kamchatka, con 2300 muertes. El sexto fue en Ecuador en 1906, con 8.8 puntos y un tsunami que dejó mil muertos. Le sigue el último terremoto de Chile en 2010, de 8.8, con 523 víctimas fatales. El puesto número 11 lo ocupa Haití, con un sismo de grado 7 que no fue el único responsable de las 250 mil muertes que ocurrieron.

EL TERREMOTO FUE EL QUINTO MAS FUERTE JAMAS REGISTRADO EN EL MUNDO ENTERO

Otro episodio en el “cinturón de fuego”

No extraña la ubicación del sismo y el tsunami, en la zona de mayor actividad subterránea del Pacífico, que es lo más inestable del planeta. El terremoto de ayer liberó mil veces más energía que el de Haití.


Una refinería de gas en Japón, que comenzó a arder durante el temblor; los tanques estallaron en serie.


“Este sismo –de 8.9 grados en la escala Richter– supera en más de mil veces al de Haití (7.3), en cuanto a la liberación de energía.” Mario Bufaliza, subdirector del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (Inpres), trató así de graficar la dimensión del movimiento tectónico, con tsunami incluido, que arrasó la costa de Japón. Los especialistas explican que no sale de la norma un fenómeno de este tipo en esa región, ya que se encuentra dentro del denominado Cinturón de Fuego, es decir, toda la costa del océano Pacífico. En la región afectada suele haber “entre dos mil y tres mil sismos diarios”, aunque imperceptibles al hombre, indicó el especialista. Considerado el quinto en intensidad desde que hay registros, el temblor en Oriente prendió otra vez, como sucedió hace un año con los terremotos de Haití y Chile, las alarmas en torno de estos fenómenos, todavía impredecibles para los científicos especializados.

El epicentro del temblor estuvo en “una zona de muy elevada actividad sísmica”, explicó el funcionario del Inpres. Esto se debe al choque de placas tectónicas, que “en el caso de Japón se da entre la Placa Pacífica –del tipo oceánica–, la Placa Euroasiática –continental– y hacia el nordeste la Placa Norteamericana –también continental–, y varias pequeñas placas secundarias”, detalló a Página/12 Eduardo Malagnino, doctor en ciencias geológicas (UBA-Conicet). “Es probable que este sismo se debió a que la Placa Pacífica, oceánica y más delgada, al colisionar con esta subplaca continental situada en la región oriental de Japón, se metió por debajo de ella, lo que se denomina subducción”, agregó el docente universitario.

La particularidad de estos temblores es que al ocurrir en territorio marítimo generan un tsunami, es decir, desplazan el agua y provocan grandes oleajes. Para que esto suceda –sostuvo Bufaliza– el sismo “siempre debe ser mayor de 7.5 grados y su epicentro, ubicado en la zona marítima, no debe estar a demasiada profundidad” de la base submarina. El inicio de este movimiento se dio a una profundidad de entre 10 y 24 kilómetros, según las diferentes versiones. En el caso de Chile, el 21 de febrero de 2010, el epicentro tampoco estuvo a más de 30 kilómetros debajo de la base.

Que este temblor haya tenido más impacto que otros se debe, entre otras causas, a “la mayor velocidad de desplazamiento de cada placa que se opone y al tiempo transcurrido sin que se haya dado un sismo”. Ambos factores aportan al “aumento de la magnitud” del temblor, señaló Malagnino. Según los especialistas, este fue el peor sismo en Japón desde 1933, en ese caso de 8.1 grados. Para dar un ejemplo, el subdirector del Inpres comparó: “Un punto de magnitud respecto de otro anterior significa 33 veces más de energía, y dos puntos significa mil veces más. Este sismo supera en más de mil veces al de Haití (7.3) en cuanto a la liberación de energía”.

Aunque en el ámbito científico se conoce que el denominado Cinturón de Fuego, que abarca las costas que están alrededor del Océano Pacífico, es una zona propensa a los sismos, no se puede precisar cuándo sucederá un próximo terremoto de magnitud considerable. “En algunos casos se verifican procesos precursores del tipo topográfico, hidrogeológico, físicos y químicos”, pero “en general son de poca confiabilidad”, aseguró el investigador del Conicet. “Sabemos en dónde se van a producir sismos, pero no cuándo”, amplió. Por su parte, Bufaliza agregó que estos fenómenos “no se pueden predecir ni siquiera en plazos de meses. En eso la ciencia ha fracasado”. En ese sentido, dijo que lo mejor es “tomar recaudos”. Por ejemplo, “hay que construir obras resistentes”. Y destacó que “Japón está muy bien en ese sentido”, mientras que “Haití tuvo más de 240 mil muertos por un sismo mucho menor”.

Informe: Leonardo Rossi.

EL TERREMOTO PRODUJO FALLAS EN DOS CENTRALES NUCLEARES, CON POSIBLE EMISION DE GASES RADIACTIVOS

Alarma nuclear y evacuación masiva

Al menos seis mil personas fueron desplazadas ante la posible “fuga de radiación” en la central Fukushima I. En el exterior de la planta, la radiación supera ocho veces lo normal. Se declaró el “alerta total”.

Por Pedro Lipcovich



La planta Fukushima I es una de las 25 más importantes del mundo.

El gobierno de Japón declaró la “alarma nuclear” y dispuso la evacuación de miles de personas, a raíz de la falla en los sistemas de refrigeración en dos grandes centrales nucleares y daños en una tercera, con posible emisión de vapores radiactivos en por lo menos una de ellas. Se trata de las plantas Fuku-shima I (una de las 25 más importantes del mundo) y Fukushima II, distantes 11 kilómetros entre sí, y los daños se produjeron como consecuencia del terremoto. El gobierno japonés efectuaba hoy una sesión de crisis por esta emergencia. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se declaró en “alerta total” por este motivo. Estados Unidos anunció el envío de un avión con líquido refrigerante para las centrales dañadas. Las centrales –al igual que otras tres en la zona del sismo– dejaron de funcionar automáticamente cuando sus sensores de seguridad registraron el terremoto pero, aun en inactividad, la refrigeración debe continuar funcionando, especialmente durante los primeros días, para evitar daños.

En las últimas horas de anoche –mediodía del sábado en Japón–, la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), que administra ambas plantas, admitió que dejó salir vapor para reducir la presión generada en un reactor de la central Fukushima I, en el nordeste del país. El aumento en la presión se generó como consecuencia del recalentamiento, debido a su vez a la falla sucesiva de los sistemas de refrigeración de emergencia; el ministro de Industria había admitido que podía llegar a producirse “una pequeña fuga de radiación”. En el interior, los niveles de radiactividad aumentaron mil veces por encima de los valores normales, y en el exterior, un puesto cercano registró niveles ocho veces superiores a los normales. Según precisaron las autoridades, “el nivel de radioactividad en la planta de Fukushima I registró un fuerte incremento pero aún no hubo fuga”.  Luego se informó que también fallaban los sistemas de refrigeración de emergencia en la central Fuku-shima II.  El gobierno japonés dispuso la evacuación en un radio de diez kilómetros alrededor de Fukushima I y de tres kilómetros en torno de Fukushima II. El número de evacuados se estimaba en 6000 personas o más.  Horas antes, se produjo un incendio en la central nuclear de Onagawa, que fue sofocado y no habría afectado el funcionamiento de la planta.

La planta de Fukushima I, también llamada Fukushima Dai-ichi, está situada en la ciudad de Okuma y es una de las 25 centrales nucleares más importantes del mundo; tiene seis reactores en actividad. Según un informe de 2009 de la Organización Japonesa de Seguridad en Energía Nuclear, “la ocurrencia de un accidente grave es prácticamente imposible desde el punto de vista de la ingeniería”. La planta de Fukushima II, también llamada Fuku-shima Daini, se halla en la localidad de Naraha, 11 kilómetros al sur de Fukushima I. Tiene cuatro reactores en funcionamiento.

El alerta total declarado por la OIEA se estableció después de que las autoridades japonesas informaron al organismo que el terremoto había interrumpido el suministro de electricidad a las instalaciones de Fukushima I, lo cual afectó el circuito de refrigeración; luego, los generadores diésel montados como alternativa de emergencia para bombear el agua refrigerante fueron destruidos por el tsunami posterior al terremoto. Hillary Clinton, secretaria de Estado norteamericana, anunció la partida hacia Japón de un avión de la fuerza aérea de Estados Unidos con agua refrigerante para la central de Fukushima. Explicó que “Japón tiene una fuerte dependencia de la energía nuclear y dispone de estándares de ingeniería muy elevados, pero una de sus plantas entró en problemas con el terremoto y no tiene suficiente refrigerante”. Robert Alvarez, experto en temas nucleares que integró el Departamento de Energía de Estados Unidos, advirtió que “la carencia de refrigerante en un período de 24 horas puede tener consecuencias severas, incluida la fusión del núcleo de barras de uranio. Es una carrera contra el tiempo”.

Enrique Cinat, gerente de Seguridad y Ambiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de la Argentina, explicó que “básicamente, las centrales nucleares son grandes recipientes que contienen: pastillas de óxido de uranio, como combustible, y agua; el uranio, cuando entra en reacción en cadena, genera calor, que, transferido al agua, la convierte en vapor, el cual a su vez mueve una turbina que genera electricidad. Las centrales cuentan con sistemas automáticos que ante una emergencia, por ejemplo un terremoto, ‘apagan’ la central, al introducir en el núcleo del reactor barras de cadmio o boro que interrumpen la reacción en cadena”.

“Sin embargo –continuó Cinat–, aunque la central ya esté ‘apagada’, es necesario seguir extrayendo el calor durante un par de días. Para esto tienen varios sistemas de refrigeración redundantes, es decir que, si falla uno, entra a funcionar otro sucesivamente: si se corta la energía eléctrica, se activan generadores diésel; si éstos tienen problemas se utilizan baterías, que a su vez pueden reemplazarse si fallan o se agotan.”

Juan Carlos Villalonga, director de campañas de Greenpeace, destacó que “el sistema de refrigeración es el principal recurso de seguridad de una planta nuclear, el que evita que el núcleo no se caliente a temperaturas extremas. El peor accidente sería que el núcleo quedara sin refrigeración: es la hipótesis ficcionalizada en la película El síndrome de China, así llamada porque el reactor, sin refrigeración, llegaría a calentarse tanto que se hundiría y atravesaría la Tierra hasta la antípoda” (que para Japón, grosso modo, está en la Argentina). “Es cierto –continuó Villalonga– que después del accidente de Chernobyl la industria nuclear mejoró sus sistemas de seguridad. Pero esto hizo que la energía nuclear resulte ahora mucho más cara y no la deja libre de riesgos ante situaciones como ésta.”
PORTALES DE BUSQUEDA DE PERSONAS

Internet ya se movilizó




El tsunami arastró autos, trenes, barcos y aviones.

Los principales portales de Internet participaron en la ayuda por el terremoto. Google, que en otros acontecimientos no había intervenido, lanzó un alerta de tsunami en rojo y un dispositivo de búsqueda de personas. Twi-tter se puso en movimiento a los pocos minutos y miles de usuarios consultaron los hashtags #prayforjapan y #tsunami.

El portal de búsqueda de personas de Google (Person Finder for the Japan Earthquake) funciona tanto en japonés como en inglés (http://ja pan.personfinder.appspot.com). Ofrece una forma para conectar entre sí a quienes buscan a sus seres queridos y a los que puedan tener la información. En ese sitio, se cliquea “I’m looking for someone” (Busco a alguien), se escribe un nombre y Person Finder proporciona una lista de personas. Si se cliquea “I have information about someone” y se escribe un nombre, Person Finder proporciona una forma de escribir acerca de esa persona.

Google actualizó asimismo su página Crisis Response (http:// www.google.com/crisisresponse), a través de la cual se puede hacer donaciones a Unicef, la Cruz Roja y otras organizaciones que ya actúan en el terreno en Japón.

La Cruz Roja acepta donaciones a través de su fondo internacional (http://bit.ly/9FR5Tw), y Save the Children, a través de su fondo de emergencia (http://bit.ly/9cXGzV). Conviene tener cuidado, ya que en Internet suele haber quienes se aprovechan para apoderarse del dinero.

Twitter se puso en movimiento pocos minutos después del terremoto. Miles de usuarios corrieron a consultar los hashtags #prayforjapan y #tsunami. Los hashtags son la herramienta a través de la cual los usuarios de Twitter organizan los mensajes o “tweets” sobre asuntos en particular.

Twitter dispuso páginas especiales dedicadas a tweets sobre el terremoto en Japón. NewEarthquake (http://twitter.com/#search?q=tsunami), EQTW (http://twitter.com/ EQTW?from_source=onebox) y Tsunamiwatch (http://twitter.com/ tsunamiwatch?from_source=onebox) proporcionan noticias al minuto sobre el tsunami.

Fuente:  

http://www.pagina12.com.ar/diario/principal/index.html
http://www.radiomundial.com.ve/yvke/index.php
http://www.agu.org/#2


FBR-Peumayén

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