El Frente Bolivariano Revolucionario Peumayén es un tributo a las luchas de nuestros guerreros y ancestros aborígenes latinoamericanos contra la dominación. En la lengua Mapuche significa “lugar soñado". (Ese lugar sagrado desde donde parten los barcos para regresar con sus redes cargadas de sueños. Los habitantes de Peumayén, hombres y mujeres despiertos, otean más allá del horizonte tratando de encontrar la esperanza que alumbra de vida las olas que chocan contra nuestra malherido malecón, la luz de nuestro faro nunca se apaga, para que su eterno parpadeo avise a todos los navegantes de que aquí siempre encontrará refugio, aquí siempre serán bienvenidos. Y ahora, desde este lugar soñado, asumamos el reto de estar vivos y abramos ventanas a la esperanza, certeza de futuro, motor de vida. Facebook: FBR-Peumayén / Email: fbrpeumayen@gmail.com / Twitter: FBR_Peumayen

lunes, 3 de octubre de 2011

LA SALUD DE CHAVEZ, LAS ELECCIONES DEL 2012 Y EL FUTURO DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA

Por Jorge Martín

Mi visita a Venezuela a finales de junio coincidió con la especulación, rumores y, finalmente, los anuncios sobre la salud de Hugo Chávez. Este incidente puso de manifiesto una serie de preguntas importantes sobre la revolución venezolana, el papel que juega el presidente Chávez en el mismo y el carácter de la oposición contrarrevolucionaria. Para empezar, la oposición intentó sacar provecho de la estancia, sin explicación de Chávez en Cuba, exigiendo que el Vicepresidente Elías Jaua, asumiera el cargo de presidente, e incluso presentó una moción en la Asamblea Nacional en este sentido. Ellos entienden claramente que si Chávez se retirara sería mucho más fácil derrotar la revolución bolivariana. Ninguna de las otras principales figuras, ministros, gobernadores, dirigentes del PSUV, tiene la misma autoridad política y moral ante las masas, como el mismo Chávez.

Cínicamente, argumentaron que había un "vacío de poder" y que se tenía que llenar. Esta línea de argumentación resultó contraproducente, ya que les recordó a todos el abril de 2002, cuando la oligarquía trató de justificar el golpe de Estado contra Chávez, alegando falsamente  que había "renunciado", dejando así un "vacío de poder", que ellos simplemente se procedieron a llenar.

Durante muchos días no se sabía nada acerca de las verdaderas razones de la ausencia de Chávez en el país. Había salido de Venezuela, en un viaje oficial por varios países, y después de llegar a Cuba, simplemente no regresó. Uno podía sentir la profunda ansiedad de las masas bolivarianas, en especial cuando se enfrentaban a la creciente campaña de insinuaciones y rumores, que diseminaban la oposición.

Las primeras noticias que se anunciaron oficialmente, no detuvieron los rumores. Chávez había sufrido supuestamente de un "absceso pélvico" y se había sometido a dos intervenciones quirúrgicas en Cuba, se dijo. Una vez más, el comportamiento grosero y repugnante de la oposición creó una nueva ola de repudio. La contrarrevolución inventó todo tipo de teorías conspiratorias. Algunos fueron tan lejos como para decir que Chávez no estaba en realidad enfermo y que todo era un complot para recuperar popularidad sobre la base de la simpatía.

Cuando, finalmente, el último día de junio, el propio Chávez anunció que tenía cáncer y se había sometido a dos operaciones en La Habana, la noticia conmocionó al país entero. Las masas bolivarianas se quedaron atónitas. Nadie sabía cómo reaccionar. Un par de incidentes reflejan el estado de ánimo en las calles. En los Teques alguien en una estación de Metro se atrevió a hacer una observación cínica en contra de Chávez en voz alta y fue inmediatamente rodeado por una multitud enfurecida, que no estaba de humor para bromas o ataques en contra de su líder revolucionario. Nosotros nos encontramos con una militante revolucionaria experimentada, que ha participado activamente en la revolución bolivariana y cuando empezamos a comentar la noticia, su voz temblaba, estaba casi en lágrimas.

Todo el mundo estaba pensando en las implicaciones del anuncio. ¿Podría Chávez presentarse a las elecciones presidenciales de 2012? Quién entre los líderes de la revolución sería capaz y capaz de reemplazarlo, si no podía?
Algunas de estas preocupaciones se disiparon a los pocos días, cuando Chávez regresó a Venezuela el 4 de julio. En una muestra de la profunda conexión que las masas bolivarianas tienen con él se produjo una manifestación espontánea frente al Palacio de Miraflores cuando se anunció que estaba de vuelta y miles estaban presentes cuando pronunció un discurso. La concentración no había sido organizada por nadie, era otro ejemplo del pueblo revolucionario de Caracas, bajando de los cerros y los barrios .

Es evidente que las masas bolivarianas tienen una relación emocional muy profunda con Chávez, que se ha forjado a través de muchas batallas revolucionarias. Para ellos, Chávez es la persona que representa la revolución, que ha jugado un papel clave en el proceso del despertar revolucionario que el pueblo venezolano ha experimentado durante la última década o más. Habla el lenguaje de la gente y arremete contra la oligarquía y el imperialismo.

Pero hay más. Durante los últimos 12 años desde que fue elegido, las masas revolucionarias han experimentado cómo la burocracia estatal (tanto del viejo aparato estatal, como de los nuevos advenedizos "Bolivarianos") se ha convertido en un freno a su propia iniciativas revolucionaria. Hay toda una capa de gerentes, directores, gobernadores regionales, alcaldes, ministros, etc., que son considerados por las masas como incapaces, ineptos, corruptos, que solo están interesados en su progreso personal o son abiertamente contrarrevolucionarios. Muchos ya han saltado la talanquera al campo contrarrevolucionario (Miquilena, Baduel, PODEMOS, el PPT, el ex gobernador de Aragua Didalco Bolívar, el ex gobernador de Lara Henry Falcón, etc.) Otros permanecen en el campo bolivariano, pero claramente bloqueanel avance revolucionario de las masas. A los ojos de las masas sólo el propio Chávez esun dirigente genuino y honesto de la revolución.

Todavía hay una gran reserva de apoyo a Chávez como el dirigente de la revolución bolivariana entre las masas del pueblo venezolano. A lo largo de estos acontecimientos, la oposición de derecha también reveló su insensibilidad y fueron sorprendidos con la guardia baja, reaccionando a los acontecimientos y también revelando sus debilidades.

Lo que está claro es que los problemas de salud de Chávez son un factor que complica aún más las elecciones de 2012. En los últimos años el número de votos para la revolución bolivariana en las diferentes elecciones ha ido disminuyendo. Como hemos explicado antes, esto no es en general  porque gente que antes apoyaba a la revolución  ahora apoya a la oposición. La hemorragia principal de los votos chavistas ha ido a la abstención.

Hay decenas, cientos de miles, que se han desilusionado, que son escépticos con la revolución, por el hecho de que después de tantos años, a pesar de los avances y logros, hay un montón de problemas urgentes y básicos que siguen sin resolverse. La inflación, el aumento de la delincuencia, la falta de empleo, el sabotaje de la economía, la escasez de alimentos básicos, los cortes de electricidad, etc., son parte de la experiencia diaria de los venezolanos de la clase trabajadora. A esto hay que añadir el hecho de que en muchas ocasiones, cuando las masas revolucionarias pasan a la acción directa para tratar de resolver algunos de estos problemas, se enfrentan con el impenetrable muro de la burocracia, con el sabotaje abierto de la quinta columna "bolivariana", que juega un papel abiertamente contra-revolucionario en el proceso.

Hemos dado algunos ejemplos de esto ya. El sabotaje al control de los trabajadores en las industrias básicas, los ataques a los consejos socialistas  de trabajadores en las instituciones del Estado, la impunidad con la que activistas sindicales y campesinos son asesinados, la impunidad de los dirigentes contrarrevolucionarios más destacados que participaron en el golpe de Estado y están en libertad para continuar con sus provocaciones.
Recientemente se han publicado cables de Wikileaks, que revelan cómo los funcionarios "Bolivarianos" han estado en contacto directo con la embajada de EE.UU. en Caracas, algunos criticando a otros por ser "demasiado radicales", otros ofreciéndose como una alternativa más "moderada". La embajada de EE.UU. sabía de antemano acerca de la eliminación de Eduardo Samán como ministro de Comercio, que era conocido como la figura más radical dentro del gabinete.

A esto hay que añadir el hecho de que a pesar de todas las esperanzas suscitadas por la creación del PSUV y el debate democrático en profundidad de sus dos congresos, las estructuras democráticas de la organización están siendo vaciadas de contenido real. A principios de este año se tomó la decisión de que las estructuras de dirección local del partido a nivel parroquial y municipal serán designadas y no electas. Esto también ha significado que supuestos "cuadros", que nunca han estado activos en un barrio en particular, fueron enviados como paracaidistas  para reorganizar el trabajo. La organización juvenil del PSUV, tres años después de su congreso fundacional, donde fue derrotada la burocracia en todos los temas, aún no cuenta con dirigentes elegidos y no hay planes para otro congreso. Todo esto, necesariamente, tiene un impacto profundamente desmoralizador en las capas activas, que son cruciales para organizar y movilizar a las amplias masas de la revolución bolivariana.

Todo se reduce a una cuestión: la lucha entre reforma y revolución. Hasta ahora la revolución bolivariana ha logrado maravillas, especialmente en los campos de la educación, la salud y, sobre todo en el proceso de elevar la conciencia política y el nivel de organización de las masas de los trabajadores y los pobres a un nivel sin precedentes. La revolución ha planteado la cuestión del socialismo y ha lanzado un desafío para el sistema capitalista, la podrida y parasitaria clase gobernante venezolana y el imperialismo. El problema es que este desafío no ha sido adoptado y llevado hasta el final.

Los capitalistas siguen controlando sectores clave de la economía y el Estado sigue siendo el viejo Estado burgués que fue creado y perfeccionado para servir a los intereses de la clase dominante. El funcionamiento normal del sistema capitalista se ha visto alterado, creando el caos, el crimen, la desorganización, pero no ha sido barrido a un lado y reemplazado por un nuevo sistema de planificación racional de la economía bajo el control democrático de los trabajadores. Una ruptura clara con el capitalismo es lo único que puede desenredar la situación actual de estancamiento. Lo que se requiere es la expropiación de la clase capitalista y poner las palancas fundamentales de la economía y la sociedad en manos de  del pueblo trabajador a través de comités y consejos elegidos democráticamente.

Este es el contexto en el que las elecciones de 2012 se llevarán a cabo. Es de esperar que a medida que se acercan la fecha de las elecciones, en un contexto de incertidumbre sobre los resultados, otras figuras dentro del campo bolivariano pueden abandonar el barco y unirse a la oposición. Si la situación actual de medias tintas no se revierte, la victoria en las elecciones presidenciales de ninguna manera está asegurada. Es cierto que las masas revolucionarias han respondido hasta ahora a todos los retos y han estado a la altura de los desafíos. Sin embargo, el entusiasmo revolucionario de las masas también tiene sus límites.

Hay decenas de miles de activistas revolucionarios que están hartos y cansados de esta situación. La enfermedad de Chávez también reveló los peligros que enfrentan una revolución que es, en la práctica, demasiado dependiente de un solo hombre. Si el ala izquierda del movimiento bolivariano se organizara en torno a un claro programa socialista, inmediatamente ganaría el apoyo entusiasta de millones de personas.
  • ¡¡ No hay tiempo que perder !!
  • ¡¡ Ni burócratas, ni capitalistas, adelante con la revolución socialista !!
Fuente: www.luchadeclases.org.ve

Carta de Chavez a la ONU: Venezuela llama a la constitución de una gran alianza por la paz



Hugo Chávez en la ONU pidió a los países miembro de Naciones Unidas conformar una Alianza para derrotar política guerrerista

27 de Septiembre 2011

Señoras y señores:

Dirijo estas palabras a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a este gran foro donde se encuentran representados todos los pueblos de la tierra, para expresar las verdades de la Venezuela bolivariana y reafirmar nuestro compromiso irrenunciable con la justicia y la igualdad, esto es, con la paz.
La paz, la paz, la paz… No buscamos la paz de los cementerios, como decía Kant con ironía, sino una paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional. Lamentablemente, la ONU, a lo largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos por la paz entre las Naciones, termina avalando -unas veces, por acción y, otras, por omisión- las más despiadadas injusticias.

Siempre hay que recordar que el Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, se habla de salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra… Pura letra muerta. Desde 1945 para acá, las guerras no han hecho sino crecer y multiplicarse inexorablemente. Veamos, una vez más, hacia Libia destruida y ensangrentada por voluntad de los poderosos de este mundo.

Quiero hacer un llamado a la reflexión a los gobiernos del mundo: desde el 11 de septiembre de 2001, comenzó una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad.

Debemos mirar de frente la aterradora realidad del mundo en que vivimos. Necesario es formular un conjunto de inquietudes a partir de los peligros y las amenazas que nos acechan: ¿por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares?; ¿a qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar?; ¿por qué ha desencadenado tantas guerras, violando la soberanía de otras naciones que tienen los mismos derechos sobre sus destinos?; ¿cómo hacer valer el derecho internacional contra su insensata aspiración de hegemonizar militarmente al mundo en garantía de fuentes energéticas para sostener su modelo depredador y consumista?; ¿por qué la ONU no hace nada para detener a Washington? Si respondiéramos, con absoluta sinceridad, a estas interrogantes, comprenderíamos que el imperio se ha adjudicado el papel de juez del mundo, sin que nadie le haya otorgado tal responsabilidad, y que, por tanto, la guerra imperialista nos amenaza a todos.

Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener, a toda costa, el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes, negociando grandes intereses, con sus socios y secuaces, para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera. Pero esto no es todo: se trata de una reconfiguración del mundo que se sustenta en la hegemonía militar yanqui.

La humanidad se está enfrentando a la amenaza cierta de la guerra permanente. En cualquier escenario, y Libia lo demuestra, el imperio está dispuesto a crear las condiciones políticas para ir a la guerra. En la visión imperial del mundo, se está invirtiendo el célebre axioma de Clausewitz: la política es la continuación de la guerra por otros medios.

¿Qué hay en el trasfondo de este nuevo Armageddon?: el poder omnímodo de la cúpula militar-financiera que está destruyendo al mundo para acumular cada vez más ganancias; la cúpula militar-financiera que está subordinando, de facto, a un conjunto, cada vez más grande, de Estados. Téngase en cuenta que el modo de existir del capital financiero es la guerra: la guerra que arruina a los más, enriquece, hasta lo impensable, a unos pocos.

En lo inmediato existe una gravísima amenaza para la paz mundial: el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, que comenzó en Libia, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista, hoy en crisis estructural, pero sin ponerle ninguna clase de límites a su voracidad consumista y destructiva. El caso de Libia debe alertarnos sobre la pretensión de implementar un nuevo formato imperial de coloniaje: el del intervencionismo militar avalado por los órganos antidemocráticos de las Naciones Unidas y justificado en base a mentiras mediáticas prefabricadas.

La humanidad está al borde de una catástrofe inimaginable: el planeta marcha inexorablemente hacia el más devastador ecocidio; el calentamiento global lo anuncia, a través de sus pavorosas consecuencias, pero la ideología de los Cortés y los Pizarro respecto del ecosistema, como bien dice el notable pensador francés Edgar Morin, los lleva a seguir depredando y destruyendo. La crisis energética y la crisis alimentaria se agudizan, pero el capitalismo sigue traspasando impunemente todos los límites.

Frente a este panorama tan desolador, el gran científico estadounidense Linus Pauling, galardonado en dos ocasiones con el Premio Nobel, nos sigue iluminando el camino: Creo que existe en el mundo un poder mayor que el poder negativo de la fuerza militar y de las bombas nucleares: el poder del bien, de la moralidad, del humanitarismo. Creo en el poder del espíritu humano. Movilicemos, entonces, todo el poder del espíritu humano: es tiempo ya. Se impone desatar una gran contraofensiva política para impedir que los poderes de las tinieblas encuentren justificaciones para ir a la guerra: para desatar la guerra global generalizada con la que pretenden salvar al capital de Occidente.
Venezuela llama a la constitución de una gran alianza contra la guerra y por la paz: con el supremo objetivo de evitar la guerra a como dé lugar. Hay que derrotar políticamente a los guerreristas y, más aún, a la cúpula militar-financiera que los auspicia y manda.

Construyamos el equilibrio del universo que avizorara el Libertador Simón Bolívar: el equilibrio que, según sus palabras, no puede hallarse en el seno de la guerra; el equilibrio que nace de la paz.

Necesario es hacer memoria y memoria inmediata: Venezuela, junto a los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), estuvo abogando activamente por una solución pacífica y negociada al conflicto libio. Así lo hizo, también, la Unión Africana. Pero, a la postre, se impuso la lógica bélica decretada desde el Consejo de Seguridad de la ONU y puesta en práctica por la OTAN, ese brazo armado del imperio yanqui. La lógica bélica que tuvo su punta de lanza en las transnacionales de la comunicación: recuérdese que el “caso Libia” fue llevado al Consejo de Seguridad sobre la base de la intensa propaganda de medios de comunicación, que mintieron al afirmar que la aviación libia bombardeaba a civiles inocentes, por no mencionar la grotesca escenificación mediática en la Plaza Verde de Trípoli. Esta campaña premeditada de mentiras, justificó medidas apresuradas e irresponsables del Consejo de Seguridad de la ONU, que abrieron el camino para que la OTAN implementara, por la vía militar, su política de cambio de régimen en ese país.

Vale la pena preguntarse: ¿en qué se ha convertido la zona de exclusión aérea establecida por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad? ¿Acaso las más de 20.000 misiones aéreas de la OTAN contra Libia, muchas de ellas con el fin de bombardear al pueblo libio, no son la negación misma de esa Zona de Exclusión? Aniquilada completamente la fuerza aérea libia, la continuidad de los bombardeos “humanitarios” demuestra que Occidente, a través de la OTAN, impone sus intereses en el Norte de África, convirtiendo a Libia en un protectorado colonial.

Es una burla afirmar que se ha impuesto desde la ONU un embargo de armas en Libia, cuando la misma OTAN introdujo miles de armas pesadas para apoyar a la insurrección violenta contra el gobierno legítimo de ese país. El embargo, por supuesto, solo debía impedir que el gobierno libio defendiera su soberanía, validando una vez más ese cruel modo de funcionamiento internacional según el cual la ley solo se impone al débil.

¿Cuál es el motivo real de esta intervención militar?: recolonizar a Libia para apoderarse de sus riquezas. Todo lo demás se subordina a este objetivo. Nadie coloniza inocentemente, decía, con toda razón, el gran poeta martiniqués Aimé Césaire en su extraordinario Discurso sobre el colonialismo.

Por cierto: la Residencia de nuestro Embajador en Trípoli fue invadida y saqueada, pero la ONU hizo mutis por el foro, guardando un silencio ignominioso.

Exigimos el cese inmediato de los bombardeos sobre territorio libio. Igualmente, seguiremos exigiendo respeto al derecho internacional en el caso de esta Nación hermana: no nos quedaremos callados ante la intención perversa de destrozar las bases que le dan sentido y razón. Por eso mismo, lanzamos la siguiente pregunta a esta Asamblea: ¿Por qué se le concede el escaño de Libia en la ONU al autodenominado “Consejo Nacional de Transición”, mientras se bloquea el ingreso de Palestina, desconociendo, no sólo su legítima aspiración, sino lo que es ya voluntad mayoritaria de la Asamblea General? Venezuela ratifica aquí, con todas sus fuerzas y con la autoridad moral que otorga la voluntad mayoritaria de los pueblos del mundo, su solidaridad incondicional con el pueblo palestino y su apoyo irrestricto a la causa nacional palestina, incluyendo desde luego la admisión inmediata de un Estado palestino de pleno derecho en el seno de la Organización de las Naciones Unidas.

Y el mismo formato imperialista se está repitiendo en el caso de Siria. A no ser porque algunos miembros permanentes del Consejo de Seguridad hacen muestra hoy de la firmeza que les faltó en el caso de Libia, todo estaría definido para que el Consejo de Seguridad diera su aval a la OTAN para disparar misiles y enviar bombarderos contra Siria.

Es intolerable que los poderosos de este mundo pretendan arrogarse el derecho de ordenar a gobernantes legítimos y soberanos que renuncien en lo inmediato. Así sucedió con Libia, de igual forma quieren proceder contra Siria. Tales son las asimetrías existentes en el escenario internacional y tales son los atropellos contra las Naciones independientes.

No somos quienes para adelantar un juicio sobre la situación interna de Siria, primero, por la complejidad inherente a toda realidad nacional, y segundo porque sólo el pueblo sirio puede resolver sus problemas y decidir su destino en atención al derecho a la autodeterminación de los pueblos, un derecho inalienable en todos los sentidos. Pero eso no nos impide pensar que es cien veces mejor apostar por el éxito del amplio diálogo nacional al que ha convocado el Presidente Bashar Al Assad, que imponer sanciones y gritar como hienas por una intervención militar. Desde la Venezuela bolivariana respaldamos, sin ambigüedades, los ingentes esfuerzos que hace el Presidente Bashar Al Assad por preservar la unidad y la estabilidad de su patria, ante el asedio del imperialismo voraz.

Señor Presidente,

Dirijamos nuestra atención ahora al Cuerno de África y tendremos un ejemplo desgarrador del fracaso histórico de la ONU: la mayoría de agencias de noticias serias sostienen que entre 20 mil y 29 mil niños menores de 5 años han muerto en los últimos tres meses.

La gran periodista Frida Modak, en su artículo Morir en Somalia, deja al descubierto toda la miseria que, peor que la que devasta la extensa región del Cuerno de África, carcome a las principales organizaciones internacionales, en primerísimo termino a la ONU: Lo que se necesita para hacer frente a esta situación son un mil 400 millones de dólares, no para solucionar el problema, sino para atender la emergencia en que se encuentran Somalia, Kenia, Djibouti y Etiopía. Según todas las informaciones los próximos dos meses serán decisivos para evitar la muerte de más de 12 millones de personas y la situación más grave es la de Somalia.

No puede ser más atroz esta realidad, si al mismo tiempo no nos preguntamos cuánto se está gastando en destruir a Libia. Así responde el congresista estadounidense Dennis Kucinich: Esta nueva Guerra nos costará 500 millones de dólares solo durante la primera semana. Claro está que no tenemos recursos financieros para eso y acabaremos reduciendo la financiación de otros importantes programas domésticos. Según el mismo Kucinich, con lo gastado en las tres primeras semanas al norte del continente africano, para masacrar al pueblo libio, en mucho se podría haber ayudado a toda la región del Cuerno de África, salvando decenas de miles de vidas.

Las razones que motivaron la criminal intervención en Libia para nada son humanitarias: se fundamentan en el postulado maltusiano de que “sobra gente en el mundo” y hay que eliminarla, generando más hambre, destrucción e incertidumbre. Generando, al mismo tiempo, más ganancias financieras. En este sentido, es francamente lamentable que en el mensaje de apertura de la 66 Asamblea General de la ONU no se llamó a la acción inmediata para solucionar la crisis humanitaria que padece el Cuerno de África, mientras se asegura que “ha llegado el momento de actuar” sobre Siria.

Señoras y Señores,

Clamamos, igualmente, por el fin del vergonzoso y criminal bloqueo a la hermana República de Cuba: bloqueo que, desde hace más de cincuenta años, ejerce el imperio, con crueldad y sevicia, contra el heroico pueblo de José Martí.
Hasta 2010, ya van diecinueve votaciones en la Asamblea General de la ONU que confirman la voluntad universal de exigirle a los Estados Unidos que cese el bloqueo económico y comercial contra Cuba. Agotados todos los argumentos de la sensatez internacional, sólo resta creer que tal ensañamiento contra la Revolución Cubana es consecuencia de la soberbia imperial ante la dignidad y la valentía que ha mostrado el insumiso pueblo cubano en la soberana decisión de regir su destino y luchar por su felicidad.

Desde Venezuela, creemos que ha llegado la hora de exigirle a los Estados Unidos no solo el fin inmediato y sin condiciones del criminal bloqueo impuesto contra el pueblo cubano, sino la puesta en libertad de los 5 luchadores antiterroristas cubanos secuestrados en las cárceles del Imperio, por el único motivo de buscar impedir las acciones ilegales que grupos terroristas preparan contra Cuba, bajo el cobijo del gobierno de los Estados Unidos.

Señor Presidente de la Asamblea General y distinguidos representantes de los pueblos del mundo:

Queremos reiterarlo: es imposible ignorar la crisis de Naciones Unidas. Ante esta misma Asamblea General sostuvimos, en el año 2005, que el modelo de Naciones Unidas se había agotado. En aquella ocasión, planteamos, también, la necesidad impostergable de su refundación.

Desde entonces hasta acá, nada se ha hecho: la voluntad política de los poderosos se ha impuesto. Claro: la ONU, tal como hoy funciona, sirve dócilmente a sus intereses. Para nosotros, es claro que Naciones Unidas no mejora ni va a mejorar desde adentro. Si su Secretario General junto con el Fiscal de la Corte Penal Internacional, participan en un acto de guerra, como en el caso de Libia, no hay nada que esperar del actual formato de esta organización. Y ya no hay tiempo para reformas: la ONU no acepta reforma alguna; la enfermedad que lleva por dentro es mortal.

Resulta intolerable que exista un Consejo de Seguridad que le dé la espalda, cada vez que quiere, al clamor mayoritario de las naciones, desconociendo deliberadamente la voluntad de la Asamblea General. Si el Consejo de Seguridad es una suerte de club con miembros privilegiados, ¿qué puede hacer la Asamblea General, cuál es su margen de maniobra, cuando éstos violen el derecho internacional?

Parafraseando a Bolívar -cuando se refería concretamente al naciente imperialismo yanqui en 1818- basta ya de que las leyes las practique el débil y los abusos los practique el fuerte. No podemos ser los Pueblos del Sur quienes respetemos el derecho internacional, mientras el Norte nos destruye y saquea, violándolo.

Si no asumimos, de una buena vez, el compromiso de refundar Naciones Unidas, esta organización perderá definitivamente la poca credibilidad que le queda. Su crisis de legitimidad se acelerará hasta la implosión final. De hecho, así ocurrió con el organismo que fue su antecedente inmediato: la Liga de Naciones.
Un primer y decisivo paso para que comencemos a refundar Naciones Unidas sería eliminar la categoría de miembros permanentes y el derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Igualmente, habría que maximizar democráticamente el poder de decisión de la Asamblea General. También se impone, en lo inmediato, la revisión a fondo de la Carta de Naciones Unidas con el objetivo de proceder a la redacción de una nueva Carta.

Pueblos del mundo:

El futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros. En la articulación de los pueblos mayoritarios del planeta para defendernos del nuevo colonialismo y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia.

Este llamado amplio, generoso, respetuoso, sin exclusiones, se dirige a todos los pueblos del mundo, pero muy especialmente a las potencias emergentes del Sur, que deben asumir con valentía el rol que están llamadas a desempeñar en lo inmediato.

Desde América latina y el Caribe han surgido poderosas y dinámicas alianzas regionales, que buscan configurar un espacio regional democrático, respetuoso de las particularidades, y deseoso de poner el acento en la solidaridad y la complementariedad, potenciando lo que nos une y resolviendo políticamente lo que nos divide. Y este nuevo regionalismo admite la diversidad y respeta los ritmos de cada quien. Así, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) avanza como experimento de vanguardia de gobiernos progresistas y antiimperialistas, buscando fórmulas de ruptura con el orden internacional imperante y fortaleciendo la capacidad de los pueblos de hacer frente, colectivamente, a los poderes fácticos. Pero esto no impide que sus miembros den un impulso decidido y entusiasta a la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), bloque político que federa a los 12 Estados soberanos de Suramérica, con el fin de agruparlas en lo que El Libertador Simón Bolívar llamó “una Nación de Repúblicas”. Y más allá, los 33 países de América Latina y el Caribe nos preparamos para dar el paso histórico de fundar una gran entidad regional que nos agrupe a todos, sin exclusiones, donde podamos diseñar juntos las políticas que habrán de garantizar nuestro bienestar, nuestra independencia y nuestra soberanía, con base en la igualdad, la solidaridad y la complementariedad. Caracas, la capital de la República Bolivariana de Venezuela, se enorgullece desde ya en albergar, los próximos 2 y 3 de diciembre, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que fundará definitivamente nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Los venezolanos ciframos nuestras esperanzas en una gran alianza de los ensambles regionales del Sur, como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la CARICOM, el SICA, la Unión Africana, la ASEAN o la ECO y, muy especialmente, en las instancias interregionales de articulación de potencias emergentes como el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que debe convertirse en un polo de atracción articulado con los pueblos del Sur.
Quiero finalizar recordando al gran cantor del pueblo venezolano: a Alí Primera. En una de sus canciones nos interpela así: ¿Cuál es la lucha de/ los hombres, para lograr/ la paz?/ ¿Y cuál paz?/ Si quieren dejar/ el mundo como está. Hoy más que nunca, el peor crimen contra la paz es dejar al mundo como está: si lo dejamos como está, el presente y el porvenir están y estarán determinados por la guerra perpetua. Por el contrario, lograr la paz supone revertir radicalmente todo lo que impide, para decirlo con el mismo Alí Primera, que sea humana/ la humanidad.


Hugo Chávez Frías
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela


Fuente: Cubadebate