El Frente Bolivariano Revolucionario Peumayén es un tributo a las luchas de nuestros guerreros y ancestros aborígenes latinoamericanos contra la dominación. En la lengua Mapuche significa “lugar soñado". (Ese lugar sagrado desde donde parten los barcos para regresar con sus redes cargadas de sueños. Los habitantes de Peumayén, hombres y mujeres despiertos, otean más allá del horizonte tratando de encontrar la esperanza que alumbra de vida las olas que chocan contra nuestra malherido malecón, la luz de nuestro faro nunca se apaga, para que su eterno parpadeo avise a todos los navegantes de que aquí siempre encontrará refugio, aquí siempre serán bienvenidos. Y ahora, desde este lugar soñado, asumamos el reto de estar vivos y abramos ventanas a la esperanza, certeza de futuro, motor de vida. Facebook: FBR-Peumayén / Email: fbrpeumayen@gmail.com / Twitter: FBR_Peumayen

lunes, 23 de mayo de 2011

La encrucijada española

Por: Marianela Urdaneta
Frente Bolivariano Revolucionario Peumayén



Hoy los ciudadanos españoles tenían en sus manos la decisión de elegir a los representantes de las distintas comunidades y municipios quienes tendrán la tarea de dirigir el camino de un país que está fuertemente golpeado por la crisis económica mundial.

El Partido Popular resultó victorioso en las Autonómicas mientras que el PSOE sólo pudo conquistar una comunidad (Principado de Asturia). Pese a dicho resultado, las recientes elecciones han sido un detonante para que el pueblo  tomara aquellos espacios de los cuales hacía mucho tiempo que se había ausentado.


El movimiento 15 M

Desde el 15 de mayo el pueblo organizado decidió salir a la calle a pronunciarse contra aquello que le oprime, unas políticas sociales que día a día atentan contra el Estado de bienestar de los ciudadanos. “Esto que aquí ocurre es una forma de decirle a los políticos que ya estamos hasta las narices de que nos robéis y nos engañéis” dijo Rosaura Castayn.

Este movimiento es impulsado principalmente por los jóvenes españoles quienes están dispuestos a seguir luchando para buscar una salida a la situación económica y social que viven.

Para Agustín Ruiz el principal motivo que lleva a la juventud a manifestarse es la indignación que tienen acumulada durante años. “Ya era hora de que despertáramos y saliéramos a la calle a reclamar los derechos que nos están quitando. Estos políticos deben entender que hay un pueblo que no está dormido”.

Los españoles comenzaron a cuestionar el sistema económico mundial al ver que lo único que les genera son recortes sociales y desempleo y que de no cambiarse sólo empeorará la situación en un mediano plazo “Aquí hay que hacer algo para cambiar el sistema porque se quedó obsoleto y no responde a las necesidades de los ciudadanos” expresó María García.

La España de las bonanzas ha quedado atrás y eso ha ocasionado que muchos inmigrantes retornen a sus tierras dado aquí no encuentran las condiciones mínimas para poder vivir.  “Cuando llegamos a esta tierra la cosa estaba bien, ahora ya no hay ni trabajo, lo único que hay son recortes y más recortes a los beneficios sociales” enfatizó Mohamed Elbouhali.


 ¿Una revolución en España?

España ha caído en una encrucijada por un lado los viejos partidos de derecha se afianzan en el poder y por otro germinan nuevos líderes y movimientos juveniles que buscan dar un giro a la actual crisis. Por ello, muchos de los integrantes del Movimiento 15M prefieren no definir las acciones que están realizando como una “revolución” porque consideran que aún tienen mucho camino por arar  para poder hacer una revolución española.

No obstante, algunos coinciden al expresar que lo que aquí sucede es una continuidad de lo que está ocurriendo en algunos países del mundo árabe y del norte de África. “No podemos quedarnos atrás y debemos luchar y defender nuestros derechos. Buscamos un cambio a esta situación insostenible, ya no podemos seguir soportando porque los banqueros y corruptos nos están llevando a la miseria” acotó Ruiz.

Rosaura Castayn explicó que esté es el principio de una revolución que está germinando, un pueblo que se cansó, que ya no soporta tanta corrupción y politiquería y que amerita un cambio de forma urgente. “Yo no me quiero morir sin haber saboreado el cambio. El pueblo ha tomado la calle para demostrarle que aquí quien manda es el pueblo, sin los sinvergüenzas de los políticos y banqueros corruptos y asquerosos quienes le han dado un golpe de Estado a nuestra economía y han acabado con el trabajo, con el trabajador y con todos los beneficios”

De acuerdo con los manifestantes es necesario que los ciudadanos se mantengan en la lucha, se organicen y se unan a las distintas asambleas de ciudadanos que se estarán realizando en todo el territorio español. “Esto no acaba con las elecciones de hoy, debemos seguir presionando porque tal y como están las cosas el futuro de nuestro jóvenes será fatal” dijo García.

En el día de hoy las Asambleas de ciudadanos decidieron seguir presionando y mantener las acampadas en las distintas comunidades españolas. Así mismo, se tiene previsto realizar una gran manifestación para el próximo domingo 19 de junio.





lunes, 16 de mayo de 2011

INDIA Y AMÉRICA LATINA, COLONIZACIÓN, DESCOLONIZACIÓN Y NO ALINEACIÓN

Conferencia ante el Instituto de Estudios de las Relaciones Internacionales en Nueva Delhi y el Instituto Nehru de Benarés

Por Luis Britto



Foto:  Luis Britto
Foto:  Luis Britto

La mayor operación de coloniaje del mundo

¿Por qué a los primeros pobladores de América se los llama “indios”? En 1492 los europeos no buscaban América, cuya existencia desconocían: su codicia buscaba la India, y confundió al Nuevo Mundo con ésta. Cada pueblo es distinto, cada país es irrepetible, pero en la Historia hay tramas que parecen replicarse. La Conquista de América a partir de 1492 completa en aproximadamente un siglo la mayor operación de coloniaje de todos los tiempos: se extiende sobre un continente, se cumple utilizando algunos de los pueblos originarios contra otros, las riquezas saqueadas financian la hegemonía de España sobre Europa durante dos siglos y la de Europa sobre el mundo durante cuatro. El proceso se libra mediante una inconcebible destrucción de riqueza material y cultural, pero los conquistadores imponen, por lo menos en América Latina, una sola religión y dos lenguas romances, que devendrán instrumentos de comunicación entre los conquistados. También les instruyen en algunos rudimentos de la cultura Occidental, que, desarrollados con un estilo propio, les permitirán iniciar el camino hacia la Independencia y la descolonización.


Instrumentos imperiales de unidad

La Conquista y colonización de América encauza la voracidad de España, Francia, Holanda e Inglaterra hacia el Nuevo Mundo y posiblemente retrasa la ya iniciada colonización de África y de Asia. La Independencia de América en la divisoria de los siglos XVIII y XIX intensifica los procesos de las potencias europeas para la colonización de África y de Asia. Entre ambos hitos ocurren procesos de dominación y explotación que presentan fascinantes semejanzas y diferencias. La Conquista y Colonización de América, si bien tutelada y apoyada por las coronas de España, de Portugal, de Francia y de Inglaterra y por el Consejo de los Señores de Holanda, es fundamentalmente privada: cada conquistador reúne su tropa y costea su expedición. Sin embargo, como su legitimación consiste en el proyecto de dominación ecuménica de la Cristiandad, procede a la sistemática y metódica destrucción de las culturas y lenguajes originarios, y a la implantación obligatoria del idioma y la religión de los invasores. En este proceso, España y Portugal agregan en dos inmensas unidades políticas los territorios que estaban poblados por infinidad de comunidades y etnias distintas y a veces antagónicas. Tras las independencias de ambos conglomerados a principios del siglo XIX, los dominios portugueses permanecen unidos políticamente en el inmenso conjunto de Brasil, que abarca la mitad de América del Sur, pero los antiguos dominios españoles se disgregan políticamente en una veintena de pequeñas repúblicas. En ambos entes, sin embargo, permanecen como herramientas de unidad los rasgos culturales implantados por la Conquista: la religión cristiana en su versión católica; las lenguas romances hermanas del español y el portugués, y algunos principios de cultura técnica Occidental que permiten iniciar el camino hacia la modernidad.


El capital conquistador

Paralelismos y diferencias fascinantes se advierten entre la Conquista y Colonización de América y la de Asia, en la cual nos centraremos en el caso de la inmensa unión de pueblos, religiones y culturas que actualmente denominamos India. Más todavía que la de América, la Conquista de India es una empresa privada. A partir del Descubrimiento en 1492, el Atlántico y el Caribe, así como son las vías navales del saqueo europeo, devienen uno de los centros de una economía mundial. Las potencias manejan este dilatado dominio mediante una peculiar figura, las Compañías de las Indias Orientales y Occidentales. Estas empresas privadas, que se constituyen en Inglaterra, Holanda y Francia, no sólo tienen flotas y ejércitos propios y desarrollan empresas de conquista, sino que en algunos casos, como sucedió en Holanda, acuñan moneda y deciden la guerra o la paz. Hasta la decadente España adopta este recurso, al entregar el monopolio del comercio y el corso americano a entes como la Compañía Guipuzcoana entre 1728 y 1795. Las compañías imperialesEn el caso de India, el 31 de diciembre de 1600 la reina Isabel I de Inglaterra otorga a la “Governors & Company of Merchants of London Trading to the Eas-Indies”, más conocida como Compañía Británica de las Indias Orientales, el monopolio del comercio con las llamadas Indias Orientales, privilegio por 15 años que el rey Jacobo I prorroga en 1609 por tiempo indefinido. La Compañía se abre paso en dura competencia, a veces armada, contra holandeses y portugueses, a los cuales derrota en 1612 en la batalla de Swayi, lo cual le atrae el favor del Gran Mogul, quien le otorga licencia para comerciar en todos sus puertos a partir de 1615, y desde 1632, con Bengala. Siguiendo el modelo ya instaurado por las Compañías Holandesas desde su fundación en 1602, Carlos II le confiere en 1670 las potestades soberanas de declarar la guerra y constituir alianzas, formar ejércitos y ejercer la jurisdicción civil y criminal en sus dominios, potestades que la van convirtiendo hacia 1689 en una suerte de “Estado dentro del Estado”, que gobierna con autonomía las regiones de Bengala, Bombay y Madrás. Sólo después de la rebelión de los cipayos en 1856 la India es colocada bajo la dependencia directa de la corona británica. De tal forma, una empresa privada se convierte en instancia soberana que gobierna de manera despótica sobre centenares de millones de seres. Lo cual lleva a Carlos Marx a afirmar que:


No cabe duda, sin embargo, de que la miseria ocasionada en el Indostán por la dominación británica ha sido de naturaleza muy distinta e infinitamente más intensa que todas las calamidades experimentadas hasta entonces por el país. No aludo aquí al despotismo europeo cultivado sobre el terreno del despotismo asiático por la Compañía inglesa de las Indias Orientales; combinación mucho más monstruosa que cualquiera de esos monstruos sagrados que nos infunden pavor en un templo de Salseta. Éste no es un rasgo distintivo del dominio colonial inglés, sino simplemente una imitación del sistema holandés (…) (Marx, Carlos: “La dominación británica en la India”; New York Daily, N° 3804, 25 de junio de 1853; 


Integración política e idioma como instrumentos de descolonización


Así, al igual que en América, la irrupción colonial en lo que luego será llamado India es esencialmente una empresa privada apoyada por el Estado. También allí se vale de la diversidad de pueblos, culturas y gobiernos locales para oponerlos unos contra otros e imponer una dominación que no hubiera logrado contra esos pueblos unidos. En todas las campañas de Lord Clive, el número de sus soldados Sepoy supera ampliamente el de los ingleses (Thomas Macaulay: Lord Clive; Aguilar, Madrid, 1945, 62-93). Al igual que españoles y portugueses en América, franceses e ingleses se comportan con extraordinaria crueldad, pero no emprenden el exterminio sistemático de los colonizados porque éstos son muy numerosos y porque la explotación de su trabajo será el sustento de la empresa colonial. A diferencia de españoles y portugueses, realizan intentos evangelizadores, pero no pueden imponer el cristianismo sobre la inmensa diversidad y complejidad de las religiones y culturas originarias. Sin embargo, reúnen una multitud de estados, naciones y pueblos bajo una administración colonial centralizada y para hacerla funcionar imponen el idioma inglés y transmiten algunos elementos de la modernidad. Después de que los ingleses son obligados a retirarse, esta unión política y territorial y este idioma de enlace servirán a los pueblos descolonizados para continuar y consolidar su unión y emprender el camino propio hacia el desarrollo.

Emancipación violenta o no violenta

América Latina e India divergen parcialmente en los procesos emancipatorios. En América española se combate por las independencias con una extraordinaria violencia que cuesta la vida a casi un tercio de la población. En América portuguesa la emancipación se logra mediante incruenta maniobra diplomática: las oligarquías brasileñas proclaman Emperador de Brasil a Dom Pedro de Braganza, el pequeño Portugal no tiene flotas ni ejércitos para impedirlo y reconoce el hecho cumplido, que consagra la previa sujeción de ambos países al dominio naval y comercial inglés. La vía de la India hacia su libertad es compleja y une las insurrecciones armadas, tales como la de 1857, con un largo proceso esencialmente pacífico de resistencia cultural, social y política que culmina en 1947. Los instrumentos de la opresión son confiscados por los liberados, quienes aprovechan la unidad política instaurada por los ingleses para constituir sobre ella el territorio de la República federal y constitucional de la India, que junta 28 estados y siete territorios, aunque no pueden evitar la separación de Pakistán. El idioma inglés, impuesto para permitir la administración colonial, es declarado lengua oficial para facilitar la comunicación entre pueblos que hablan una pluralidad de lenguas y dialectos.Emancipación, dependencia y neocoloniajeAunque América Latina se independiza casi siglo y medio antes que la India, a partir de allí ambos pueblos enfrentan problemas similares. La emancipación política no disuelve por sí sola los lazos de dependencia económica y cultural. Las potencias hegemónicas imponen relaciones de falsa reciprocidad comercial, reducen a los países descolonizados a la exportación de materias primas o productos con escaso valor agregado, les imponen tratados de libre comercio que sientan una falsa reciprocidad entre naciones que no pueden proteger sus actividades económicas y sus mercancías y metrópolis que de hecho protegen las suyas, e intentan forzar una política bipolar de bloques.

Integración y No Alineación entre descolonizados

Son desafíos que exigen respuestas. India encuentra uno de sus más poderosos instrumentos en la voluntad de continuar formando un solo cuerpo político con los diversos pueblos y estados que los ingleses integraron en un imperio. América Latina surge a la vida independiente dividida en una veintena de países, pero todos los próceres de la Independencia abrigaron proyectos de unidad continental que se manifestaron en la Gran Colombia en 1824, en el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, en la integración comercial del Mercosur desde 1991, en la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y en la de la Alternativa Bolivariana para América (ALBA), ambas desde 2004. Por su parte, India define un camino autónomo en lo internacional con su firme apoyo al Movimiento de los Países no Alineados. Muchos países latinoamericanos, sujetos a la hegemonía de Estados Unidos, en principio ignoran al MNOAL, pero luego se integran progresivamente, al extremo de que la Cumbre de 2006 del MNOAL se celebra en La Habana, y en la actualidad son miembros de dicho Movimiento los siguientes países latinoamericanos y caribeños: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República, Dominicana, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

Originalidad de los modelos de descolonización 
Pero en los procesos de descolonización no es sólo fundamental la máxima integración y unidad de propósitos entre los pueblos antes sometidos. Es preciso que éstos encuentren un estilo propio de desarrollo y de gestión económica que no sea mera copia del de las metrópolis que los oprimieron. Mathama Ghandi predicó el rechazo cultural al consumo de las mercancías de las industrias británica y al estilo de vida que éstas implican. La Constitución de la India sancionada el 26 de enero de 1950, la proclama como una República soberana, democrática, secular y socialista. Este último rasgo ha sufrido numerosas modificaciones y reinterpretaciones, pero no cabe duda de que India tiene un estilo propio de desarrollo, que la coloca en los últimos años como la 11° economía del mundo y la cuarta en capacidad de consumo. En América Latina diversos países, integrados en bloques como el Mercosur, el ALBA o el CARICOM han intentado experiencias socialistas y buscan asimismo su propio estilo de desarrollo civilizatorio ante la triple crisis ecológica, social, económica y militar desatada por los países del G-7.  

Culturas y descolonización

Esta mirada exageradamente sintética sugiere algunas conclusiones. En los procesos de colonización y descolonización podemos advertir interesantes similitudes y divergencias. Desde el arranque de la llamada época Moderna en el siglo XVI, las potencias hegemónicas avasallan territorios de la talla de continentes, como América, o subcontinentes como India. La falta de unión de los pobladores originarios y sus divergencias internas a veces facilitan estas empresas imperiales. A pesar de que aparecen ante todo como procesos de invasión militar, de hecho la empresa privada es el motor de parte de ellos, y las vastedades colonizadas quedan bajo el dominio de compañías monopólicas que las explotan en forma inmisericorde. Los imperialistas tratan de imponer su religión, su idioma y algunos elementos de la modernidad como instrumentos de dominación. Los pueblos sometidos logran la descolonización mediante luchas que pueden incluir desde la violencia insurreccional hasta la maniobra diplomática o la resistencia pacífica social y cultural. Una vez conquistada la independencia, pueden utilizar los instrumentos de la dominación impuesta, tales como el idioma, la unidad política y los avances técnicos para consolidar grandes bloques geopolíticos. Para la definición, fortalecimiento y consolidación de éstos es fundamental la especificidad cultural que permite establecer la diferencia con respecto al colonizador y enfatizar la similitud o por lo menos la comunicabilidad entre los antes colonizados. A la larga, la integración en movimientos mundiales de los pueblos independizados les ayuda a mantenerse independientes de la política de alineación en bloques de las potencias hegemónicas y a definir sus propios proyectos. Ello es decisivo si se considera que los pueblos que alguna vez fueron colonizados o amenazados de colonización integran la mayoría de los habitantes del planeta, tienen la mayor fuerza de trabajo y los mayores recursos naturales de éste, y que su rica diversidad cultural es la precondición del proceso de fusión, mutua polinización e hibridación de signos mediante el cual avanzan y se desarrollan las civilizaciones del planeta y podrían encontrar soluciones a la crisis planetaria actual.



Versión en francés, gracias a la inteligente ayuda del amigo Romain Vallée: http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com

domingo, 8 de mayo de 2011

Bin Laden y la última aventura de Superman

Por Ariel Dorfman


¿Puede ser una suprema coincidencia? ¿O acaso hay gato –o superhéroe– encerrado?


Para entender por qué ahora, justo ahora, en esta de todas las fechas posibles, se llevó a cabo el ajusticiamiento de Bin Laden, tal vez sea necesario vincular su muerte repentina y deseada con dos acontecimientos aparentemente desconectados que surgieron la semana pasada.

El primero, que causó entre fanáticos de la guerra entre el bien y el mal casi tanta consternación como el asesinato del funesto y lúgubre jefe de Al Qaeda, aunque menos júbilo, fue el anuncio de Superman (en la historieta número 900 de aniversario que celebra sus peripecias) de que pensaba ir a las Naciones Unidas para renunciar a la ciudadanía norteamericana. El Hombre de Acero que, desde su primera aparición inaugural en la revista de historietas Action de junio de 1938, se viste con los colores de la bandera yanqui y actúa en nombre de los valores norteamericanos, llegó a tan drástica decisión después de sufrir los reproches del encargado de seguridad del gobierno estadounidense (un hombre de raza negra con un peregrino parecido a Colin Powell) por haber volado hasta Teherán para demostrar durante veinticuatro horas su solidaridad con los manifestantes de la revolución verde que protestaban contra el despotismo de Ahmadinejad y sus secuaces. El gobierno de Irán (en la historieta, por cierto, ya que dudo de que los ayatolas reales se dediquen a leer solapadamente las aventuras de Superman) denunció tal acto –por silencioso que fuera, y animado por la no violencia– como una injerencia del Gran Satanás en sus asuntos internos, casi como una declaración de guerra. Me desagradan sobremanera los autócratas de Irán, pero no se les puede objetar su lógica al aceptar las palabras del propio Hombre de Acero respecto a encarnar desde hace décadas “truth, justice and the American way” (“la verdad, la justicia y el modo de ser/proceder de EE.UU.”). Así que Supermán, para poder obrar desde ahora en adelante más allá de las fronteras nacionales y los intereses circunstanciales de cualquier Estado, se vio obligado a establecer su independencia frente a su país adoptivo. Porque, en efecto, Supermán no nació en los Estados Unidos sino que en el planeta Krypton, llegando de bebé (sin pasar por aduanas ni inmigración) a Kansas en una diminuta nave espacial, siendo acogido en ese territorio, en mero centro de EE.UU., por los Kent, granjeros que personifican precisamente la “American way”. Era Ka-El. Sería Clark Kent.

Es difícil exagerar la indignación con que este acto audaz de renuncia a la ciudadanía, esta “bofetada”, de Superman fue recibido por el pueblo norteamericano. He leído (¡en serio!) blogueros que llaman a deportar a su planeta de origen al nuevo campeón del internacionalismo (como si fuera un mexicano “ilegal”), y ya circula una petición para que los ejecutivos de la Time Warner (dueños de la empresa que mercantiliza a Superman) fuercen a los autores de la historieta a retractarse. Y múltiples comentaristas conservadores habían visto este insulto del superhéroe como la prueba definitiva de la decadencia del país más poderoso de la tierra: ¡hasta el ídolo que representa más universalmente nuestro modo de vida nos está dando la espalda!

No sé si el presidente Obama sigue atentamente las aventuras de Supermán (se sabe que es un fan del Hombre Araña, de cuyo origen neoyorquino no caben dudas), pero alguien tiene que haberle llamado la atención sobre la merma de prestigio que significa la deserción de un tal titán. ¿Qué pasa, por ejemplo, si el Hombre de Acero, adalid de los desposeídos, decide cerrar Guantánamo o usar sus ojos de rayos equis para liberar algunos Super Wikileaks, ahora que ya no jura lealtad a la bandera norteamericana? ¿Qué pasa si se pone al servicio de una potencia como China? –aunque, pensándolo bien, no hay mucha Verdad o Justicia en ese país, así que seguramente no aceptaría ese tipo de alianza. En todo caso, los consejeros de Obama tienen que haberle explicado que la defección de Supermán debía tratarse como una inmensa crisis cultural e ideológica que incluso podía costarle al presidente su re-elección, puesto que los republicanos ya cocinaban planes para acusarlo de haber “perdido” a Superman (como si fuera Cuba o Vietnam).

La respuesta de Obama fue genial: al matar a Bin Laden, probaba que EE.UU. no necesita a un hombre musculoso que vuela y atraviesa paredes para defenderse de los terroristas, que para eso tiene helicópteros y Navy Seals y computadoras y armas –cómo que no– de acero. Un modo de restaurar la confianza nacional que estaba a mal traer y que difícilmente podía tolerar otro menoscabo a su aureola.

Claro que antes de que pudiera realizarse aquella operación en Pakistán Obama tenía que arreglar otro asunto, un problema que lo rondaba hace varios años. ¿Cómo iba a pararse frente al mundo y revelar el asesinato de Bin Laden en nombre de los Estados Unidos si un insólito porcentaje de su propio pueblo dudaba de que el presidente fuera, en efecto, norteamericano? ¿Cómo crear el contraste con el tránsfuga Supermán si a Obama mismo se lo acusaba de haber nacido en el extranjero, en Kenya, que, como se sabe, está mucho más lejos de Kansas que el planeta Krypton, por mucho que los tres lugares compartan la Kafkiana letra K?

Y de ahí que Obama produjo hace unos días su certificado de nacimiento, tapándoles la boca a quienes lo señalaban como un “alien” (ajeno, extranjero, pero también “alien” significa extraterrestre, otro significativo paralelo entre el presidente y el Super-héroe). Por cierto que un grupo de conciudadanos suyos sigue creyendo que Obama no nació en territorio norteamericano. Insisten en que el documento se falsificó y que el hospital fue sobornado y que la madre (¡nacida originalmente ni más ni menos que en Kansas!) trajo al niño de contrabando a Hawaii porque sabía que en cuarenta y tantos años más ese niñito mulato sería presidente. Se me ocurre que la única manera de que esos recalcitrantes acepten de que Obama nació en EE.UU. sería que se blanqueara enteramente la cara y toda la piel. Ya no sería, entonces, un “alien”.

Pero para la mayoría de sus compatriotas, Obama logró en una semana una verdadera y triple proeza. Habiendo probado que era un presidente legítimo, pudo, armado de su certificado de nacimiento y también del ejército más vigoroso del globo, eliminar al siniestro enemigo número uno de los Estados Unidos. Y sin que interviniera Superman.

¿Y ahora qué?

Ahora, propongo una hazaña de verdad: ya que la razón por la cual Bush invadió Afganistán era debido al amparo que los talibán le ofrecieron a Bin Laden, ¿no ha llegado el momento de retirar todas las fuerzas norteamericanas de ese país de montañas y guerrillas?

Estoy seguro de que Superman, en conjunción con las Naciones Unidas y esgrimiendo su nuevo pasaporte cosmopolita y global, estaría feliz de ayudar en el transporte rápido de la tropas. Sería bonito que lo leyéramos en las próximas aventuras del Hombre de Acero, sería alentador que Obama y Superman –ambos con sus orígenes en Kansas, ambos menospreciados por ser “extranjeros”– colaboraran para crear por lo menos un pequeño oasis de paz en un mundo donde desafortunadamente escasean por ahora tanto la verdad como la justicia.



Tomado de:   


www.pagina12.com.ar