Por Fernando Soto Rojas
PREÁMBULO
Distinguidos
Parlamentarios franceses, honorables senadores de la República
Francesa, bienvenidos a la Patria de Francisco de Miranda, héroe de
vuestra magna Revolución, Simón Bolívar, el Libertador y Simón Rodríguez
maestro de las nuevas repúblicas ; por debajo de este salón y este
cuadrilátero donde está edificado el Palacio Federal desde la segunda
mitad del siglo XIX, se encuentran las bases del antiguo convento
colonial de las monjas Concepciones, símbolo de nuestra subordinación al
imperio español. Cuando ustedes luchaban en el último cuarto del siglo
XIX por afianzar la III República, frente a los últimos residuos
monárquicos que habían tomado nuevos aires, después del brutal
aplastamiento de la Comuna de París; Antonio Guzmán Blanco, denominado,
el Ilustre Americano, admirador y cultivador de la cultura republicana
francesa, construía esta gran casona como símbolo de la Venezuela
independiente y soberana.
Bienvenidos
a este distinguido acto, representantes de la comunidad chilena
residentes en Venezuela, nuestro hermanamiento continental esta
refrendado por la historia; en el Salón Elíptico de este Palacio, uno de
los grandes templos de la Patria, está el retrato del canónigo José
Cortés Madariaga, chileno, héroe de nuestra Independencia, allá, tienen
ustedes, los restos, la memoria y magistral obra del caraqueño Andrés
Bello, como un fantasma recorre América y Europa la desgarbada figura de
ese Quijote triste de la educación Republicana, que estuvo en
Valparaíso y Santiago – Simón Rodríguez. Con la presencia de ustedes
aquí, siento muy cercana la sombra de uno de los dos grandes quijotes
del socialismo latinoamericano, el Presidente – Mártir Salvador Allende,
es uno de ellos, el otro, Ernesto Guevara de la Serna.
Bienvenidos
sectores culturales, grupos artísticos, representantes de los museos y
galerías de la capital y del país, gentes de los pinceles y las telas,
pintores de todas las escuelas y orientaciones, acercaos todos para
recordar en conjunto, a nuestro gran Emilio Boggio.
Igualmente,
quisiera agradecer la presencia del Cuerpo Diplomático, embajadores,
ministros, gobernadores, altos funcionarios de nuestra revolución
bolivariana, representantes del poder popular, de los obreros y
trabajadores, universitarios, profesores, estudiantes, ciudadanos
preocupados por la construcción del socialismo y la defensa de nuestra
soberanía.
Caracas, 14 de septiembre de 2011
DISCURSO
DE FERNANDO SOTO ROJAS – PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA EN EL ACTO ESPECIAL DEL HEMICICLO
PROTOCOLAR EL 14/09/11
TRES HOMBRES Y UN DESTINO COMÚN PARA SALVAR A LA HUMANIDAD: EL SOCIALISMO
Tres
hombres con un ideario común de lucha por el socialismo que hoy nos
convoca a todas y todos los que estamos aquí en este salón, más que
centenario del Hemiciclo Protocolar de nuestro Palacio Federal
Legislativo
Auguste
Marie Joseph Jean León Jaurés nació en Castres, en la muy vinícola
provincia de la Languedoc, Francia el 03 de septiembre de 1859, de modo
que también estamos conmemorando el 152º Aniversario de su natalicio y
muere asesinado en un café parisino cercano a la redacción de
L’Humanité, por un fanático nacionalista el 31 de julio de 1914, se
acercaba, ya, a los 55 años de edad.
Salvador
Allende Gossens, nace en Valparaíso, Chile, el 26 de junio de 1908, con
casi medio siglo de militancia en la izquierda y el socialismo chileno,
muere trágicamente en el brutal golpe fascista del 11 de septiembre de
1973, en medio del infernal bombardeo al Palacio Presidencial de la
Moneda. Con su muerte dejó de ser el compañero – Presidente de los
trabajadores y las mayorías chilenas para convertirse en el
Presidente-Mártir de los pueblos Latinoamericanos y Caribeños.
Una
tercera figura que significa la vinculación del arte con la Revolución,
relevante en el mundo artístico europeo y relativamente desconocido en
la tierra que le vio nacer, es Emilio Boggio, pintor venezolano, de
ascendencia europea por el lado paterno, nació en Caracas el 02 de mayo
de 1857, aunque algunos ubican su nacimiento en la Guaira por las
actividades comerciales importadora-exportadora de sus padres, fue un
gran camarada de Jean Jaurés; murió en París el 07 de junio de 1920.
Desde
el año 1973 funciona en Caracas el Museo Emilio Boggio. La colección de
pinturas fue adquirida por el Concejo Municipal del Distrito Federal a
la colección Bastistini Rinaldi.
En
esos años se desarrollaba en América Latina diversas formas de
organización y luchas para enfrentar el hambre y la represión que impuso
el capitalismo europeo y luego su expresión máxima, el imperialismo
yanqui y su aliada, la oligarquía local, a nuestros pueblos.
En
Venezuela gobernaba tanto en el siglo XIX como en el XX, regímenes
capitalistas, expresados a través de dictaduras militares o regímenes
liberal representativos, sustentados en un modo de producción
agropecuario, latifundista o minero-petrolero bajo la dirección de la
oligarquía local y sostenidos por los imperios, que desestabilizaban,
invadían y masacraban pueblos en función de apoderarse de las riquezas
como hoy lo hacen con la OTAN para apropiarse de Libia y masacrar a su
pueblo.
Nuestro
Emilio Boggio, fue permeado por las corrientes filosóficas que
movilizaron el pensamiento creador. A partir de ese momento; empezó a
practicar el arte libre de cánones y prejuicios propios del
academicismo, Boggio trabajó por plasmar libremente la realidad sobre
todo aquella que brotaba de la cotidianidad, como lo expresa, entre
muchas obras su óleo sobre tela “Fin de Jornada” combinación de paisajes
con trabajadores que culminan la dura faena laboral.
Boggio
cursó sus estudios de secundaria en Francia. Regresó a Venezuela en el
año de 1870 y se dedicó a trabajar el comercio con su familia, pero el
joven ya estaba posesionado del espíritu rebelde de la Europa que
empezaba a darle una explicación más objetiva al mundo en su desarrollo
humano: la lucha entre el bien y el mal desde lo real perfecto que es el
hombre y la mujer y sus circunstancias históricas; en la intención de
comprender que nada es estático todo lo mueve el motor de la historia;
en su debate filosófico entre la metafísica y la dialéctica; eran
tiempos de inicios de los movimientos revolucionarios europeos por el
socialismo utópico y el científico, recordamos las enseñanzas del
célebre Manifiesto de Marx y Engels y la Comuna de París de 1871, en ese
contexto Boggio regresa a París y se inscribe en la Academia de Artes
Plásticas donde recibe lecciones del maestro Jean Paul Laurens y de
Henri Martín quienes lo formaron en el arte de la pintura academicista,
es considerado como el padre del impresionismo en Venezuela, fue
condiscípulo de los jóvenes pintores Cristóbal Rojas, Arturo Michelena y
Rivero Sanabria, quienes nos dejaron como legado sus cuadros que
expresan nuestra primera guerra de liberación del imperio español
dirigida por el Libertador Simón Bolívar, hoy muy publicitados sus
cuadros por el año bicentenario y la recuperación del casco histórico de
Caracas.
El llamado de hoy. ¿Cuál es?
Hoy
la imagen de lo real es manipulada por hilos tecnológicos dirigidos por
las manos del imperialismo norteamericano voraz y bárbaro.
¿Es
real la imagen?, Si, no son pintadas, es en vivo y directo. La otra
realidad que no es en vivo y directo, también es real. Y es que los
pueblos del mundo vemos las imágenes y las interpretamos en su justa
dimensión; sabemos que es para atemorizar en una guerra en la que un
solo hombre mata a miles de esperanzas!!!!!! Somos millones!!!!!
Mirando, trabajando y creando un mundo mejor.
En
Venezuela los poderes económicos apátridas están aliados con el
imperialismo norteamericano, se acarician la barbilla y se soban el
abdomen cuando el disparo imperialista señala al sur desde el norte;
queremos informarles a estos señores que somos constructores del sueño
libertario de Simón Bolívar que somos creativamente irreverentes frente
al dominio colonizador.
La
creación artística está en la calle, en los rostros sonrientes de
hombres y mujeres con toda su carga cultural, en este contexto
aprendamos de Emilio Boggio que combinó el compromiso con el arte y se
embarcó en el bergantín de lo real maravilloso, sin adulancia, sin
arreglos, sin adulteraciones de lo real buscando la luz radiante de la
belleza en la libertad del espacio desamarrando los nudos de las cuatro
paredes del estudio, pintar al aire libre como el pintor Armando
Reverón; pintó lo que nos dejó por herencia después de recibir premios y
reconocimientos en diversas exposiciones de Europa tales como: el salón
de artes francesas, la exposición universal de París, entre otros. En
Venezuela expuso durante el año 1919 en la Universidad Central de
Venezuela, eran los tiempos oscurantistas del gomecismo; su obra honra a
Venezuela, honor al arte y a Emilio Boggio.
Hoy
en la Venezuela Bolivariana, el arte, la pintura de Emilio Boggio, su
trayectoria, se inscribe en la lucha por la humanidad libre y hoy
nuestros tres homenajeados jugaron un papel estelar en su época por
contribuir a alumbrar a los pueblos, a la humanidad y a la naturaleza
frente a la barbarie de los imperios de anteayer y de hoy, ahora las
circunstancias actuales nos han colocado en este deslinde de barbarie o
socialismo.
Jean
Jaurés nacido en Castres al Sur de Francia en 1859, pertenecía a la
mediana burguesía provincial y esta debía librar una lucha diaria por la
existencia en el marco de la lucha de clases y la transformación de un
capitalismo nacional a un capitalismo monopolista. El mismo Jaurés
necesitó la ayuda de un protector para concluir sus estudios
universitarios. Recién egresado de la Escuela Normal Superior, fue
nombrado profesor en el Liceo femenino de Albi, también fue periodista,
diputado, escritor, pacifista, humanista y socialista. Un político
integral de sólidos principios republicanos, éticos y morales
comprometido con la causa del proletariado, por su unidad como condición
para alcanzar el socialismo y la paz para la humanidad y él señala que
“el esfuerzo sublime del proletariado internacional es reconciliar a
todos los pueblos mediante la justicia social internacional” entonces,
verdaderamente, “pero sólo entonces habrá una humanidad cuya unidad
superior se refleje en la diversidad viviente de naciones amigas y
libres”.
“Es
hacia esa gran meta de humanidad, por medios también de humanidad que
avanza el socialismo”, así lo establecía él, en 1904, cuando redactó el
primer editorial del Periódico L’Humanité, el cual fundó, organizó y
proyectó como el gran diario de la izquierda europea.
Pudiéramos
decir, que Jaurés desde Castres y Toulousse arranca su lucha por la
justicia y la libertad, con sus opiniones, ideas y su formación
libertaria y socialista por toda la geografía política de Francia y de
los principales centros del capitalismo europeo por más de treinta años
hasta que nos llega como un Quijote libertario predicando el socialismo,
por Argentina, Uruguay y Brasil más o menos en estos días de septiembre
de 1911.
De
modo, que hace 100 años estuvo en nuestras tierras Suramericanas este
conferencista brillante, uno de los hombres que, al decir de León
Trotsky, fue de los más geniales, “hijos de la Francia de la tercera
República”.
Trotsky
que lo conoció, lo vió en innumerables actos, conferencias y debates,
nos describe esta personalidad del socialismo francés tres años después
de su asesinato en 1917.
Transcribimos a continuación diversas definiciones que da León Trotsky de Jean Jaurés:
“En
1893 Jaurés adhiere definitivamente al movimiento socialista y
rápidamente conquista un lugar destacado dentro del socialismo europeo.
Al mismo tiempo se convierte en la más importante figura de la vida
política francesa”.
Como
a Émile Zola, lo hizo célebre el caso Alfred Dreyfus; para Jaurés, dice
Trotsky “el asunto Dreyfus resumía y dramatizaba la lucha contra el
clericalismo, la reacción, el nepotismo parlamentario, el odio racial,
la ceguera militarista, las sordas intrigas del Estado mayor, el
servilismo de los jueces y todas las bajezas de que es capaz el poderoso
partido de la reacción para conseguir sus fines”.
El
mismo Trotsky señala “en 1915 visité el ya célebre Café du Croissant
situado a unos pasos de L’Humanité: Es un típico café parisino: suelo
sucio cubierto de aserrín, banquetas de cuero, sillas usadas, mesas de
mármol, techo bajo, vinos y platos especiales, en una palabra aquello
que sólo se encuentra en París. Me mostraron un pequeño canapé junto a
la ventana: allí fue abatido de un tiro el más genial de los hijos de la
Francia actual”… “pero un trozo de plomo negó a Jaurés la más grande de
las pruebas políticas”.
“Jaurés
era la encarnación del empuje personal. En él lo moral no se
correspondía con lo físico en sí mismo, la elegancia y la gracia le eran
ajenas. En cambio sus discursos y actos estaban adornados por ese tipo
de belleza superior que distingue a las manifestaciones de la fuerza
creadora segura de sí misma. Si se considera la limpieza y la búsqueda
de las formas como uno de los rasgos típicos del espíritu francés,
Jaurés puede no parecer francés pero, en realidad el era francés en
grado sumo. Paralelamente a los Voltaire, a los Boileau, los Anatole
France en literatura, a los héroes de la Gironda, o, a los jacobinos, a
los Viviani y Deschanel actuales en política, Francia ha producido a los
Rabelais, Balzac, Zola, los Mirabeau, los Danton y los Jaurés. Es esta
estirpe de hombres de potente musculatura física y moral, de una
intrepidez sin igual, de una pasión superior, de una voluntad
concentrada. Es este un tipo atlético. Bastaba oír tronar a Jaurés y
contemplar su rostro iluminado por un resplandor interior, su nariz
imperiosa, su cuello de toro inaccesible al yugo, para decirse: he ahí
un hombre”.
“La
guerra mundial hubiera enfrentado a Jaurés con las cuestiones que
dividieron al socialismo europeo en dos campos enemigos. ¿Qué posición
habría adoptado? Indudablemente la posición patriótica. Pero jamás se
hubiera resignado a la humillación que sufrió el Partido Socialista
Francés bajo la dirección”… de entonces.
Finalmente
tres años después de la muerte de Jaurés, Trotsky concluye su escrito
así: “Hace tres años que este genio, raro regalo de la naturaleza a la
humanidad, murió tras haberse mostrado en toda su plenitud ¿Acaso la
estética de su fisonomía exigía tal fin? Los grandes hombres saben
desaparecer a tiempo, cuando sintió la muerte, Tolstói tomó un bastón y
huyó de la sociedad que despreciaba para morir como peregrino en una
oscura aldea. Lafargue, un epicúreo con algo de estoico, vivió en una
atmósfera de paz y meditación hasta los setenta años, decidió que ya era
suficiente y se envenenó, Jaurés, atleta de la idea, cayó en la arena
combatiendo el más terrible azote de la humanidad: la guerra, y pasará a
la historia como el precursor, el prototipo del hombre superior que
nacerá de los sufrimientos y las caídas, de las esperanzas y la lucha”.
Semejante a Jaurés, en la Liga Espartaquista se opondrán en Alemania, a
votar los créditos de guerra y evitar la carnicería de los trabajadores y
los pueblos europeos, Kart Liebknecht y Rosa Luxemburgo serán
asesinados en Berlín, cinco años después de Jaurés. León Trotsky también
muere asesinado cobardemente como Jaurés, Liebknecht y Luxemburgo, por
el brazo largo del Stalinismo.
Salvador
Allende Gossens, nace el 26 de julio de 1908 en Valparaíso y muere
trágicamente en Santiago de Chile, durante el feroz e inmisericorde
ataque que la cúpula militar fascista desató contra el Palacio de
Gobierno, La Moneda, con el Presidente Allende adentro, defendiendo el
gobierno de la Unidad Popular.
Dirigente
estudiantil, a temprana edad, militante del grupo de izquierda Avance
en 1929, Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile,
fundador del Partido Socialista de Chile durante 1933 en Valparaíso, de
profesión médico, diputado y senador en diversos períodos en el
Parlamento chileno. Dirigente del Frente Popular en 1936, Ministro de
Salud del gobierno del Frente Popular del Radical Pedro Aguirre Cerda,
Secretario General del Partido Socialista chileno, viaja por el mundo y
conoce la mayoría del liderazgo de la izquierda, socialista comunista y
también de la socialdemocracia. Fue candidato presidencial por el
socialismo y las fuerzas populares en 1952, 1958, 1964 y en 1970 cuando
la Unidad Popular logra un espectacular triunfo, el 04/09/70 y el
compañero – presidente comienza a roturar la Vía Chilena al Socialismo.
En
sus diversos escritos señaló que creemos, dijo al igual que Jean
Jaurés, con profunda sinceridad, que “el destino de la humanidad está
marcado por la ruta del socialismo y lo creemos no sólo por lo que él
representa en el progreso técnico y económico, un concepto distinto de
la convivencia y porque tiende a poner al servicio de todos lo que es
patrimonio común, cultura, técnica, saber y ciencia, sino también el
respeto a la personalidad humana y por el sentido humanístico que en el
fondo tiene el socialismo”.
En
su discurso expresado en el Senado de la República de Chile el 21 de
agosto de 1968, antes lo había afirmado en 1956 al conocerse el
aplastamiento de la Revolución Húngara por los tanques rusos. En 1968 lo
hizo por lo de Checoslovaquia. En esos discursos denominados “Soy
Socialista”, dice: definiendo su ideario patriótico, nacionalista y
socialista, “Nunca Jamás hemos dejado de decir que no aceptamos ningún
tipo de imperialismo y que no somos colonos mentales de ninguna
tendencia foránea”.
El 22 de enero de 1970 es el candidato de la Unidad Popular y el 04 de septiembre es electo Presidente de Chile.
De
1971 a 1973 promulga leyes, decretos de carácter nacionalistas y
populares. En 1972 viaja a las Naciones Unidas y señala que “los grandes
valores de la humanidad no podrán ser destruidos” y es ovacionado en
ese Foro Mundial; pero los empresarios, camioneros, carabineros y el
ejército practican el terrorismo, el asesinato, la barbarie y los
acontecimientos trágicos del 11 de septiembre de 1973 en donde el pueblo
de Chile recibe una derrota estratégica y pierde a uno de sus líderes
fundamentales del siglo XX.
38
años después el Movimiento Popular chileno con los y las estudiantes al
frente, despiertan y transitan otra vez por las anchas alamedas en
búsqueda del ideario, de siempre, justicia y libertad.
Concluyo:
Jean Jaurés fue un Republicano con una encendida vocación social, bajo
esa condición alcanzó la diputación en la Asamblea Nacional Francesa;
fue un convencido demócrata, heredero de las tradiciones, mas
francamente, democráticas de la gran Revolución de 1789, cultor
empedernido de la igualdad en línea descendiente de Gracchus Babeuf,
ejercitante de las libertades y practicante de la fraternidad, cuando
definitivamente adhiere orgánicamente en el socialismo, trae a su
vigoroso comportamiento político, ya en plena madurez, las concepciones
humanistas, libertarias, solidarias e igualitarias, radicalmente
republicanas que hacen encrucijada con el papel del proletariado, la
lucha de clases, la abolición del capitalismo que le vienen del
socialismo; el resultado fue su comportamiento público como un demócrata
revolucionario que hizo del socialismo una herramienta para construir
humanidad, o, como él decía “parcelas de humanidad”, dirá Trotsky
haciendo un balance de su trayectoria, pocos años después de su muerte,
“…Jaurés era, en su primera época, un demócrata dispuesto a aceptar el
socialismo; en su última época se convirtió en un socialista que se
sentía responsable de toda la democracia”…
Ignoramos
si Salvador Allende conoció la obra y trayectoria de Jean Jaurés pero
resulta sorprendente, como la búsqueda de una vía democrática hacia el
socialismo, la “Vía chilena al socialismo” en sus fundamentos y líneas
esenciales, los volvemos a encontrar en el pensamiento de Allende. En
efecto, el programa de la Unidad Popular partía del supuesto, de las
tradiciones democráticas chilenas, de la solidez de las instituciones
republicanas, incluyendo el carácter profesional de las Fuerzas Armadas y
una trayectoria inalterable del Parlamento Nacional, por más, de 162
años y que Allende lo había vivido por dentro durante más de 27 años,
como diputado y senador.
Los
peligros de la III República Francesa, para Jaurés, provenían de la
reacción monárquica y de los vicios que este régimen acarreaba en la
República; Allende, un Republicano a tiempo completo sólo veía peligros
en la reacción oligárquica que por medios políticos podía reducirse a
una controlable minoría.
Jaurés
era un clásico descendiente de la Revolución Francesa, enriquecido,
intelectual y moralmente con los valores esenciales emanados de aquél
acontecimiento, libertad, igualdad, fraternidad, a los cuales, se
sumaban y asimilaban el pensamiento, la praxis y las tradiciones del
socialismo. Allende es un Republicano insatisfecho por la explotación,
las desigualdades y la dominación sobre el pueblo chileno de intereses
burgueses – oligárquicos aliados a los intereses foráneos imperialistas,
pero, que no sólo actúa y piensa desde convicciones democráticas por su
conducta pública, sino; que la formación masónica, la cual, penetra
hondo desde sus ascendientes familiares, le proporciona un vinculo
profundo con ideas similares de la Revolución Francesa como la
tolerancia, el respeto al otro, la fraternidad.
Al
igual que Jaurés, Allende fue un hombre que actuaba por y desde
principios que además venían sustentados históricamente, nunca encontró
oposición alguna entre ser socialista y ser masón, siempre tenía la
expectativa que el sectarismo si afloraba, sería por el lado del partido
y no por el de la hermandad.
En
fin, revisar las vías al socialismo desde las brechas que abren Jaurés y
Allende, rompe con caminos y métodos unilaterales, con ortodoxias y
revisionismos y colocan todos los temas y asuntos en la mesa de
discusión, sin dogmatismos, prejuicios, o, sectarismos.
Muchas Gracias
FERNANDO SOTO ROJAS
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